domingo, 2 de enero de 2011

HISTORIA DEL HUARACHE EN MEXICO.


Nombre con que se designa cierto tipo de sandalia en México, así como en otros países latinoamericanos. El término "huarache" proviene de la voz "kwarachi" de la lengua purépecha o tarasco.

El origen del huarache se remonta al período precolombino, y parece estar emparentado con el cactle o cactli (voces de origen náhuatl). Los huaraches han sido fabricados en Guadalajara, Guanajuato y Yucatán. Tradicionalmente, se ha asociado este tipo de calzado con la vida de campo. Generalmente, los huaraches están hechos con correas de cuero trenzadas y su uso ha sido relegado a campesinos y a frailes de algunas órdenes religiosas como los franciscanos.

Los diseños pueden variar: los hay muy sencillos, para cuya fabricación se usan pocas correas, y muy elaborados, trabajados por talabarteros. En tiempos recientes, los huaraches se han puesto de moda: los jóvenes han vuelto a calzarse con huaraches adornados con motivos que han reavivado el gusto de usar ese tipo de sandalias.

En cuanto a los materiales con que se elaboran las suelas de los huaraches, se cree que los primeros tenían suelas de mecate o baqueta. Actualmente se emplean materiales sintéticos, entre los cuales se encuentra el hule.













5 comentarios:

  1. HUARACHES

    “Fieles, que soportan . . . baches.”

    Huaraches que han transitado,
    de ida, vuelta, me han llevado,
    por suelos arrabaleros,
    campos, surcos y senderos.

    Han resguardado mis plantas,
    de espinas, de piedras, . . . tantas,
    me han librado de dolores,
    de heridas, de sinsabores.

    Reciban este, mi canto,
    por ahorita, mientras tanto,
    voy camino, aquí, cerquita,
    aquí, nomás, tras lomita.

    Qué calles no habrán pisado,
    cuántas calzadas andado
    con la suela de vaqueta
    o llanta, sobre banqueta.

    Que resistente es su cuero,
    leal producto del esmero,
    que buenas correas los fajan,
    por eso es que así trabajan.

    Jornadas recias, de esfuerzo,
    siempre duro, nada terso,
    han padecido aguaceros,
    lodazales, muy severos.

    No saben hacer desaires,
    pues, hasta en algunos bailes,
    han apisonado tierra,
    a ritmo de un son cualquiera.

    Cactlis, sandalias baratas,
    cacles, chanclas, alpargatas,
    fatiga los acompaña
    desde entrada la mañana.

    Divino el talabartero,
    artesano, asaz certero,
    que ha premiado religiosos,
    con mil diseños preciosos.

    Están requetebien hechos,
    no se miran tan maltrechos,
    si vieran cuanto los quiero,
    su compañía más requiero.

    Han protegido mis pies,
    impidiendo algún traspié,
    huaraches los que, yo, calzo,
    se merecen . . . un descanso.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F, 15 de noviembre del 2017.
    Dedicado a Huarachin Huarachon Mx (Sr. Rafael Carlos Castrejón Salgado)
    Registro SEP Indautor No.(en trámite)

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  2. Me gustaría tener unos, me encanta

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